jueves, 6 de octubre de 2016

¿Evalúas o calificas? Evaluación de metodologías activas



Cuando hago formación o presento mi manera de trabajar en algún evento educativo, al plantear metodologías activas, PBL, etc. siempre aparece entre los asistentes una gran preocupación por la evaluación. Realmente la preocupación no es por la evaluación sino como se calificará y como se justificará, en caso de necesitarse, dicha calificación.

¿Realmente es tan trascendental la calificación de los alumnos en cursos que no son finales de etapa? Es cierto que, por ejemplo, en 4º de ESO se juegan el graduado en ESO y en Bachillerato se juegan competir por entrar en una carrera, pero creo que en cursos inferiores de ESO y no digamos en primaria, la importancia de las notas es menor.

Está claro que tenemos que calificar y hacerlo con criterio, ya que creo que las calificaciones cumplen dos funciones importantes (aparte de la función de selección de final de etapa que ya hemos comentado):
- Ser justos con los alumnos, de manera que los que han trabajado más tengan mejores notas que los que han trabajado menos.
- Que los padres tengan información del progreso de sus hijos.

Lo que veo menos relevante, en estos cursos que no son final de etapa, es si hablamos de calificaciones en torno a 5 o en torno a 8. Con las metodologías activas tenemos una cosa a favor y es que como la motivación del alumnado aumenta mucho, trabajan más y con más interés y suelen tener buenas notas. Lo que observo en mis alumnos es que se despreocupan un poco de las notas y se centran en las actividades de aprendizaje que les propongo. Por otro lado también ocurre que no suelen haber quejas ni de alumnos ni de padres, incluso cuando los integrantes de un equipo de trabajo sacan notas muy diferentes, ya que dichas calificaciones se obtienen con un criterio que se conoce de antemano y que entienden y aceptan. Trataremos este punto en profundidad a lo largo del post.

Por tanto la pregunta clave sería: ¿Por qué no dejamos de dar tanta importancia a las calificaciones y nos preocupamos de qué y cómo aprenden los alumnos? Los alumnos están muy obsesionados por las calificaciones y, en muchas ocasiones, parece que lo único que importa es lo que influye en la nota. La metodología tradicional les inculca que lo importante es saber la respuesta correcta, cosa que interiorizan desde bien pequeños.

Una vez hechas estas reflexiones sobre la calificación, ampliaremos el punto de vista a otros aspectos de la evaluación, ya que la calificación solamente es uno de ellos.

Para mí, un referente en el tema de la evaluación es Neus Sanmartí, Catedrática i Profesora emérita Departamento de Didáctica de la Matemática y de las C.C. Experimentales de la Facultad de C.C. de la educación de la UAB. Neus publicó el libro bastante conocido "10 Ideas Clave. Evaluar para aprender"  pero podemos descargar del Xtec una versión simplificada muy recomendable en PDF "Avaluar per aprendre"

Para hacernos una idea de la propuesta de evaluación competencial que hace Neus podemos visualizar una de las conferencias que tiene colgadas en Youtube: "Avaluar per a un aprenentatge competencial"  Aquí podemos descargar la presentación de diapositivas de la conferencia


Tanto la conferencia como el libro en PDF están en catalán, pero el libro en papel está tanto en catalán como en castellano.

Como plantea N. Sanmartí, la evaluación comporta 3 aspectos:
1.- Recogida de información, que puede ser realizada de múltiples maneras.
2.- Análisis de los datos obtenidos y emisión de un juicio.
3.- Toma de decisiones

Según el tipo de toma de decisiones que se realiza, tendremos los diferentes tipos de evaluación:

- Evaluación calificadora o acreditativa (también llamada sumativa)
Cuando calificamos el trabajo de los alumnos, las decisiones que tomamos son de clasificación y selección de los alumnos. También podemos orientarlos para estudios futuros, etc.

-  Los otros tipos de evaluación buscan tomar decisiones de regulación del aprendizaje para intentar que, si no se ha conseguido el aprendizaje esperado, se pueda corregir dicha situación.

     Evaluación formativa: Las decisiones las toma el profesor, indicando al alumno donde ha fallado y como puede mejorar.

     Evaluación formadora: Las decisiones las toman los alumnos indicando a otros compañeros como mejorar o auto-evaluándose, para detectar posibles mejoras de su propio trabajo.

     Evaluación del docente: Si no se ha producido el aprendizaje esperado, el docente puede tomar decisiones para corregir que no ha hecho bien.

De hecho, mi interés por la innovación metodológica y posterior cambio total de metodología surgió tras un periodo de intensa "Evaluación docente", es decir, de una profunda autocrítica en la que me replanteé mi acción docente. Cuestioné seriamente mi "rutina burocrática" de exposición de contenidos, actividades, examen, calificaciones…

Durante muchos años consideraba que había hecho bien mi trabajo si llegaba a junio y había conseguido lo siguiente:
- Habían salido un conjunto de palabras de mi boca (temario del libro de texto)
- Había sido ameno en mis clases
- Había tratado bien a los alumnos
- Había sido justo con las calificaciones al comparar entre alumnos

Pero llegó un momento en el que me di cuenta que algo fallaba. Cada vez tenía más experiencia, más recursos, etc. pero, con el paso de los años, iba perdiendo progresivamente el interés de los alumnos, hasta que me di cuenta que eran alumnos diferentes a los de cuando había comenzado 15 años antes, pero yo continuaba con la misma metodología tradicional.


EVALUACIÓN DE METODOLOGÍAS ACTIVAS

Antes de empezar con mi manera de evaluar metodologías activas, voy a comentar un poco lo qué no hago. No hago exámenes. Bueno, para ser sincero, en 2º de Bachillerato sí que hago exámenes por el condicionamiento que crean las PAU.

No es que esté en contra de los exámenes en general, sino de los exámenes memorísticos. Muchas veces (y lo digo como autocrítica del pasado) los exámenes solo evalúan conceptos que los alumnos son capaces de repetir en una prueba concreta. No todas las materias suelen utilizar estos exámenes, pero si muchas de ellas. Son una herramienta muy mala para la evaluación porque no evalúan competencias y no tiene en cuenta las inteligencias múltiples de los alumnos, por lo que premian a aquellos que tienen más facilidad para realizar dichas pruebas. Yo recuerdo haber estudiado mucho con un compañero, íbamos a los exámenes sabiendo aproximadamente lo mismo (lo sé porque nos lo preguntábamos) y yo siempre sacaba un mínimo de 1 punto más que el, supongo que porque tenía más "gracia" para hacer exámenes.

Los exámenes son muy defendidos porque són “pruebas objetivas”, aunque si nos planteamos su utilidad para aprender, podríamos cuestionarlos bastante. ¿A quién no le suena la siguiente sucesión de hechos? Clase magistral - Práctica - Examen - Olvido.

Sea como sea, es necesario diversificar las herramientas de recogida de información para la evaluación, cosa que intento y que veremos a continuación en los ejemplos.

El concepto de Metodologías Activas es bastante amplio e incluso el Aprendizaje Basado en Proyectos puede referirse a cosas diferentes. Lo que voy a exponer a continuación no es "como evaluar" cuando usamos metodologías activas, sino algunas reflexiones de como evalúo yo al trabajar con dichas metodologías.

Como he dicho anteriormente, en más de una ocasión me han mostrado preocupación por cómo justificar las calificaciones cuando, por ejemplo, se trabaja por proyectos. Me resulta curiosa tanta preocupación cuando, si vamos un poco al extremo de lo tolerado en la metodología tradicional, con 2 exámenes y una nota de comportamiento por trimestre tendríamos suficiente justificación de las calificaciones frente a padres, inspectores, etc.

Como hemos visto en el planteamiento de Neus Sanmartí, la evaluación no es una cosa simple, sobre todo si queremos hacer algo más que calificar. Con metodologías tan complejas como las metodologías activas, incluso la calificación es una tarea difícil. La evaluación formadora es un tema que me parece interesantísimo, pero en el que estoy dando mis primeros pasos. A continuación veremos algún ejemplo de este tipo de evaluación, pero la mayor parte serán ejemplos de cómo calificar tareas complejas como las que se realizan en las metodologías activas.

En caso de querer consultar alguna Webquest o proyecto de los que se mencionarán en los ejemplos, podéis hacerlo en el siguiente link: Materiales creados o adaptados por mí

A continuación tenemos una carpeta con una serie de documentos que utilizo para evaluar mis Webquest, proyectos, etc. Están en formato Word para poder ser reutilizados y modificados según las necesidades de cada docente.

Documentos de seguimiento y evaluación - WQ y Proyectos

Para entender para que sirven y cómo se utilizan todos estos documentos, os dejo un tutorial donde hago un repaso por todos ellos. Es un poco largo pero es que hay muchos documentos y algunos son un poco largos de explicar.



Para finalizar el post, un truco muy interesante de autoevaluación que me explicó una compañera y que sirve para que los integrantes de un equipo se pongan notas diferentes para un mismo trabajo si realmente las merecen (porque unos han trabajado más que otros, por ejemplo). Si estimamos que un trabajo puede estar sobre los 8 puntos y ha sido realizado por 3 miembros, podemos decirles que tienen 24 puntos para los 3 y que se los repartan como consideren más justo, según hayan participado en su realización.